Ejemplo del Institut Ciudad de Balaguer
Last updated
Last updated
El taller de re-aprovechamiento alimentario en el Instituto Balaguer se diseñó con el objetivo de concienciar y educar a los estudiantes sobre la importancia de la sostenibilidad y el manejo adecuado de los desperdicios alimentarios. Los estudiantes crearon productos de limpieza utilizando desperdicios de alimentos cítricos y otros materiales reciclados, con la colaboración de supermercados locales como CAPRABO y PLUSFRESC, demostrando prácticas sostenibles en su entorno inmediato.
Concienciarnos y hacer difusión sobre la importancia del re-aprovechamiento alimentario y la cura del planeta.
Concienciar y educar sobre la gestión sostenible de los desperdicios alimentarios.
Crear productos de limpieza sostenibles utilizando desperdicios alimentarios.
Fomentar la colaboración comunitaria en proyectos de sostenibilidad.
Dinámica de la Mesa: Los estudiantes se sentaron alrededor de un folio central donde debatieron y escribieron sus conclusiones sobre preguntas clave relacionadas con el desperdicio alimentario. Las preguntas incluyeron: “¿Alguna vez te has preguntado qué pasa con los alimentos que tiramos a la basura?”, “¿Crees que desperdiciamos demasiada comida en nuestra sociedad?” y “¿Cuáles crees que son las consecuencias del desperdicio alimentario a nivel local y global?”. Estas cuestiones abordaron temas como la percepción del desperdicio en la sociedad, las acciones personales y las consecuencias globales del desperdicio alimentario.
En la discusión sobre si desperdiciamos demasiada comida en nuestra sociedad, los estudiantes identificaron que una posible solución sería mejorar la organización en eventos como reuniones familiares o buffets, sugiriendo incluso que las personas paguen por los alimentos que dejen en sus platos como medida de concienciación. También mencionaron que ciertos influencers y creadores de contenido, como el youtuber "Howtobasic", contribuyen al desperdicio de alimentos, fomentando actitudes irresponsables. Como contrapeso, valoraron aplicaciones como Too Good To Go, que permiten aprovechar alimentos sobrantes a bajo costo, como una herramienta efectiva para reducir el desperdicio.
Respecto a qué sucede con los alimentos que tiramos a la basura, los estudiantes concluyeron que mejorar la separación de residuos, tanto en casa como en restaurantes, es crucial. Propusieron que estos alimentos podrían destinarse a organizaciones de aprovechamiento alimentario, a la alimentación de animales domésticos o al compostaje para fertilizar campos. Además, destacaron el potencial de los residuos alimentarios para generar biomasa y energía. Reconocieron que el aumento de alimentos en los vertederos sin un adecuado manejo genera problemas de espacio y contaminación.
En cuanto a las consecuencias del desperdicio alimentario a nivel local y global, los estudiantes señalaron que este fenómeno tiene un impacto económico negativo, ya que se gasta mucho en alimentos que terminan desechándose. Explicaron que, debido a la globalización, los alimentos locales son desplazados por importaciones, lo que aumenta el desperdicio durante el transporte y la distribución. También mencionaron que el desperdicio alimentario contribuye al cambio climático, afectando la disponibilidad de recursos hídricos y la agricultura. Además, identificaron que el desperdicio fomenta una agricultura intensiva que explota tanto los recursos naturales como la mano de obra. Finalmente, reflexionaron sobre cómo el desperdicio de alimentos podría intensificar la desigualdad global, provocando escasez de alimentos y posibles conflictos en otras partes del mundo.
Los estudiantes prepararon y presentaron infografías ante actores sociales, en las que detallaron los aspectos clave del proyecto y destacaron los beneficios ambientales de los productos de limpieza sostenibles. Estas infografías fueron cuidadosamente diseñadas para ser informativas, visualmente atractivas y persuasivas, facilitando una evaluación profunda de la comprensión del problema y de la solución propuesta por parte de los estudiantes. Además, este ejercicio sirvió para demostrar su habilidad de comunicar efectivamente y convencer a los actores sociales sobre la relevancia de su involucramiento en la iniciativa y el impacto positivo que juntos pueden generar en el entorno.
Para obtener las cáscaras de cítricos, se ha contado con la colaboración del alumnado y el profesorado, quienes las han traído directamente a la escuela. En cuanto a los cítricos con pulpa, se contacto con socios colaboradores para conseguir fruta que ya no sea apta para el consumo. Las cadenas CAPRABO y PLUSFRESC han confirmado su apoyo en esta iniciativa, y se acordó recoger los cítricos en mal estado cada lunes por la mañana durante el recreo, después de haber sido descartados durante el fin de semana.
El proceso de co-creación comenzó con la formación de grupos de 2 a 3 estudiantes, quienes se encargaron de recopilar todos los residuos alimentarios previamente recolectados. A partir de estos materiales, cada grupo investigó y experimentó con diversas recetas para fabricar productos de limpieza caseros, utilizando los desechos alimentarios como ingredientes principales. La colaboración entre los grupos fue fundamental, ya que compartieron ideas y su creatividad para desarrollar fórmulas innovadoras, efectivas y respetuosas con el medio ambiente.
Antes de comenzar la fase de experimentación, los estudiantes prepararon un vinagre de cítricos que podría utilizarse directamente o como ingrediente en otras formulaciones de limpieza. Este vinagre es especialmente efectivo para eliminar residuos de origen mineral, como la cal y el óxido, y fue elaborado con cáscaras de cítricos (naranja, limón, mandarina, lima) y hierbas aromáticas (romero, salvia, laurel), además de vinagre blanco de limpieza.
Para su preparación, cubrieron las cáscaras de cítricos con vinagre en un frasco de vidrio de boca ancha, tapándolo con un paño y una goma para permitir la evaporación de los gases de fermentación. Dejaron macerar la mezcla durante 2 a 4 semanas en un lugar oscuro, y luego colaron el líquido, descartando las cáscaras en el compostador o con los residuos orgánicos.
Posteriormente, los estudiantes formaron parejas o grupos de tres y distribuyeron las preparaciones para la experimentación. Cada grupo grabó sus videos estilo "influencer" para documentar y explicar el proceso de elaboración de cada producto. Una vez que los productos reposaron el tiempo necesario, evaluaron su eficacia y discutieron posibles modificaciones para mejorar los resultados.
Cada grupo etiquetó cuidadosamente sus productos y seleccionó envases reciclados para presentar sus muestras. Tras el tiempo de reposo adecuado, evaluaron la eficacia de cada producto y discutieron posibles modificaciones para optimizar los resultados. Posteriormente, ofrecieron sus productos de limpieza a sectores interesados dentro de la comunidad, suministrando estos artículos a la conserjería y a los laboratorios del instituto. Finalmente, compartieron todo el proceso en redes sociales, agradeciendo a todas las personas que colaboraron en el proyecto y difundiendo el impacto de su trabajo en la comunidad.
Al concluir el proyecto, los estudiantes reflexionaron sobre lo aprendido y documentaron cómo había cambiado su conciencia respecto al desperdicio de alimentos. Expresaron el compromiso de llevar a cabo acciones concretas a partir de ahora para reducir el desperdicio y fomentar prácticas sostenibles en su vida cotidiana.
Aquí algunas etiquetas diseñadas por los estudiantes. Cabe destacar el nombre de la marca "Ambientalistas: Donde todo puede tener una segunda vida" :
En seguida algunas de las conclusiones personales;